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Ministerio del Interior y Seguridad Pública

Políticas de Control

¿Por qué controlar estas sustancias químicas?

Con la excepción de la cannabis y sus derivados, la totalidad de las drogas ilícitas requieren del uso de productos químicos para ser refinadas desde la planta que les da origen hasta su forma final, o son directamente, el producto de una síntesis química entre distintos componentes inorgánicos (drogas sintéticas o “de diseño”).

La cocaína, por ejemplo, es un alcaloide que se encuentra puro dentro de la hoja de coca (en una proporción del 0.5 al 1.5 %), de la cuál es extraído en un proceso que involucra varios productos químicos (ácido sulfúrico, acetona, permanganato de potasio, etc.) hasta arribar al producto final que es la cocaína en polvo (clorhidrato de cocaína) que se vende a los consumidores, con la “pasta base” como paso intermedio. Algo similar ocurre con la heroína, que es extraída de la planta de la amapola utilizando principalmente anhídrido acético.

En las drogas sintéticas, en cambio, los precursores químicos son también materias primas, ya que el proceso productivo es puramente químico.

Sin químicos no hay drogas

Es por ello que en las últimas décadas, la comunidad internacional ha reconocido que el control de los precursores químicos constituye una herramienta crítica en la lucha contra el narcotráfico, que viene a unirse a aquellas políticas que, como la destrucción o sustitución de los cultivos ilegales, buscan adelantarse a la mera represión del tráfico de drogas, evitando directamente su producción.

El principal inconveniente a la hora de controlar el movimiento de precursores químicos es que estas sustancias no sólo son totalmente legales sino también fundamentales en la fabricación o elaboración de un sinnúmero de productos que consumimos o utilizamos diariamente (alimentos, perfumes, pinturas, maquinaria, etc.). Por este motivo, el control del desvío de precursores químicos hacia canales ilegales resulta una tarea compleja.

Una forma de enfrentar esa difícil labor es desarrollando efectivos sistemas de fiscalización de precursores químicos dentro del país, al tiempo que se fomenta la cooperación internacional en la materia y las alianzas estratégicas entre los sectores públicos y privados.