El ministro del Interior y Seguridad Pública, Jorge Burgos, y el titular de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, se reunieron esta mañana con la Cónsul General de Bolivia en Santiago, Magdalena Cajías, para hacerle entrega de una nota diplomática y expresarle su preocupación en relación a hechos delictuales ocurridos en la frontera entre ambos países, además de exigir que se investiguen estos delitos.

Al término del encuentro, las autoridades chilenas lamentaron el “bandidaje desde Bolivia en contra de trabajadores de mineras y trabajadores contratistas en una zona limítrofe de alrededor de 40 kilómetros”, centrados en el hito número 60.

Estas acciones comenzaron en enero de 2012 y se han repetido e incrementado a través del tiempo. De hecho, en el mes recién pasado hubo tres acciones de ataques, robos de vehículos y uso de armas de fuego con consecuencias de heridos de algunos trabajadores.

“Una vez que perpetran el delito, tanto contra personas como bienes de las empresas, huyen de nuevo al territorio donde venían. En consecuencia, se está produciendo una situación de impunidad respecto de los delincuentes, cuestión que no podemos tolerar”, señaló el jefe de gabinete.

“Vamos a reforzar los servicios con nuestras fuerzas porque no corresponde que en nuestro territorio se realicen actos de esta naturaleza”, concluyó el ministro Burgos.

“Chile no tolerará acciones que vulneren integridad personal o la propiedad y actuará con todo rigor para evitar que esto escale”, dijo el Canciller Muñoz, reiterando la gravedad de esta situación y solicitando que se cumpla estrictamente el acuerdo que existe entre Carabineros de Chile y la Policía Nacional de Bolivia para investigar y sancionar estos delitos.

El ministro Burgos, consultado por las declaraciones del Presidente Evo Morales sobre el ejercicio militar “Huracán”, indicó que “es un ejercicio organizado por el Estado Mayor Conjunto donde participan las tres ramas de las Fuerzas Armadas y se hace cada dos años. Es lo más normal que hay y forma parte del estado de apresto y entrenamiento de las Fuerzas Armadas (…) Transformar un ejercicio habitual en un hecho inhabitual no puede sino tener una intencionalidad política”.