Innovadora idea pretende generar energía renovable a través de paneles fotovoltaicos instalados en terrenos de producción agrícola. El uso de los suelos en la Región Metropolitana se ha convertido en uno de los principales problemas para la agricultura, ya que compite con la ampliación inmobiliaria y la necesidad de generación de energía para alimentar la ciudad. El proyecto FIC “AgroPV” pretende dar una solución creativa para hacer un uso eficiente y compartido de los espacios.

La iniciativa cuenta con una inversión de $200.000.000 entregado por el Gobierno Regional Metropolitano a través de su Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC-R), es ejecutado por el centro de investigación Fraunhofer Chile y cuenta con el apoyo de la Seremi de Energía RM, la Federación de Productores de Fruta de Chile e Indap.

“Estamos instalando sensores para medir factores como temperatura y humedad, y ver sus efectos en el crecimiento de los cultivos. El exceso de radiación daña las plantas, por lo que la instalación de paneles, además de reducir los costos de energía, aportará sombreamiento, reducirá el consumo de agua y permitirá un uso más eficiente de la tierra”, explicó Marnix Doorn, líder de la línea de investigación en agricultura de Fraunhofer CSB.

Un proyecto innovador

El experimento consiste en la instalación de tres plantas con paneles fotovoltaicos en predios de pequeños agricultores de la provincia de Chacabuco (El Monte, Curacaví y Lampa). Allí se realizarán ensayos con hortalizas que puedan sembrarse bajo los paneles. La energía generada será usada por los propios agricultores para disminuir sus costos energéticos asociados a iluminación, consumo domiciliario, riego, refrigeración y otros procesos industriales. El sistema funcionará a través de la asociatividad y cooperación entre los agricultores beneficiarios.

Las plantas solares tienen una potencia instalada de 13 kW cada una, y en promedio cada una de ellas generará aproximadamente 22.700 kWh al año, energía equivalente al consumo anual de 10 hogares.

Alrededor del mundo existe una demanda creciente de terrenos agrícolas, para otros fines, ya sean habitacionales, producción de insumos agrícolas (semillas) y en algunos países para producción de granos para biocombustible. Según los datos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) con información del INE, se registró en el 2014 -con respecto al 2013- una disminución del 21,8% de la superficie dedicada a granos anuales en la Región. Con esta iniciativa se podrá, entre otras cosas, mejorar la competitividad del sector hortofrutícola mediante la introducción de innovación en su oferta de productos.