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4 de enero de 2017

Discurso inaugural en Seminario de Alcaldes 2016-2020

Evento fue organizado por la Subsecretaría de Desarrollo Regional (SUBDERE).

Muchas gracias, tenemos un retraso en el inicio de la actividad y por lo tanto eso colabora que sea breve. Más allá de que normalmente se espera que se hable poco, pero voy a hablar aún menos.

Quisiera restringir mis palabras a una muy cálida bienvenida, se trata un saludo y con un contenido bien especial: esta iniciativa de la Academia de Capacitación Municipal y Regional de la Subdere debe ser saludada como un primer esfuerzo para que los nuevos y nuevas alcaldes y alcaldesas tengan una información genérica -más allá de la que ya disponen- respecto del relacionamiento del aparato institucional del Estado central con sus tareas.

Pero de novedoso tiene esta iniciativa también el que se haya convocado no sólo a autoridades de las instituciones y órganos del Estado, sino también se haya invitado a que alcaldes ya en funciones entreguen su propia perspectiva respecto de la tarea que los nuevos alcaldes están iniciando. Esta novedad metodológica debe ser saludada especialmente, porque nada puede ayudar mejor que la experiencia de quienes han cumplido a lo menos un periodo en los cargos.

Por lo tanto, estas primeras palabras sean de felicitación por esta iniciativa. En segundo lugar yo quisiera como ministro del Interior y Seguridad Pública dar la bienvenida y saludar a quiénes han sido electas y electos en esta reciente elección. Hablábamos ahora en la mañana, en el desayuno en la mesa con la Presidenta de la República, de la gran diferencia vocacional que existe entre las personas con vocación política o vocación de servicio público, la gran diferencia vocacional entre cumplir tareas legislativas y tareas ejecutivas.

Y muchos ahí decían, claro, ahí hay una enorme diferencia. Muchas personas, muchos de ustedes, tienen la popularidad suficiente para ser electos para un cargo parlamentario por ejemplo, sin embargo renuncian a ese camino y se inclinan por postular al municipio, a un cargo de alcalde o concejal. Y eso no es una mera opción vocacional, también es una opción engarzada en la democracia de nuestros días, desde luego los alcaldes son la puerta visible, es la expresión visible, a la mano, del Estado para los ciudadanos.

Cuando cualquier persona dice ‘el Estado’: el Estado son ustedes primero, en una esquina, en una plaza de la capital regional, de la capital comunal, está ahí el Estado, en ustedes. Cuando se habla de la ineficiencia del Estado, o de la corrupción del Estado, lo primero que piensa el ciudadano o la ciudadana es esta autoridad que está ahí a la mano, caminando por la calle, que se le ve en cualquier lugar de la ciudad. Entonces la responsabilidad desde luego que se agranda en ustedes y la democracia que hoy con los métodos tecnológicos de comunicación electrónica directa y audiovisual, la democracia tiene hoy día una serie de características que son completamente nuevas y que de nuevo apunta directamente a las tareas ediles. O sea el escrutinio público es catalogar la conducta, el ver con cuánta prolijidad se desarrollan las tareas, con cuánta pulcritud o rapidez o eficiencia se ve en ustedes, en primer lugar.

Las tareas de los cargos del aparato del gobierno central están lejos, están en Santiago y están en edificios pomposos rodeados de un cierto oropel, pero las tareas del alcalde se ven en el día a día, en la basura, en el semáforo, en la atención de un servicio. Se ven en el diario vivir. Con esto estoy diciendo algo que ustedes obviamente saben  mejor que yo pero quiero vincularlo con la tarea democrática del mundo de hoy.

En segundo lugar quisiera señalarles algo que dijo la presidenta en la mañana cuando mencionó la transferencia de facultades a los alcaldes para fijar la calificación de las plantas funcionarias, el diseño de las plantas funcionarias y señalaba que los alcaldes son un engranaje dentro de la modernización del Estado. El Estado se va modernizando todos los días pero estamos en un contexto de un empuje descentralizador. Hace dos semanas se acordó en el Congreso de Chile, se despachó una reforma constitucional que permite la elección directa de los gobernadores regionales, los actuales intendentes, fíjense ustedes que en la prensa nacional esto pasó casi desapercibido, casi no se comentó, ese es la mayor muestra del centralismo chileno, porque esto sí fue noticia en cada lugar de Chile, porque la regionalización o la descentralización es un tema de cada lugar, no tanto del Estado central, del centro de Santiago, del centro del poder político. Entonces el país se va descentralizando a sí mismo y ustedes nuevamente son un engranaje central en ese proceso.

Yo quisiera que en esta primera parte del seminario haber destacado la importancia que tiene no sólo el seminario si no también la tarea de los alcaldes en este nuevo contexto, ahora también los alcaldes son parte no sólo de la descentralización o la desconcentración del poder político y del poder institucional y de la burocracia del Estado si no que son parte del desarrollo del país, de la prosperidad de país, del crecimiento del país.

Prácticamente todos los diálogos que yo he sostenido esta mañana, en La Moneda o caminando hacia acá, tiene que ver con el anuncio que se me hace de inversiones que se hacen en cada lugar. De inversiones concretas. Bueno, eso es el progreso. Eso es el desarrollo.

Entonces, nuevamente, ustedes lo van a ver cuando tengan la oportunidad de recibir la conferencia del ministro de Economía, que el desarrollo como expresión no es tampoco más obra del aparato central del Estado, de las decisiones ministeriales; se hace en cada comuna. Los llevan a cabo ustedes.

Desde luego, y por último, no está demás decirlo porque vivimos en esa atmósfera. Veíamos también el exceso -yo soy abogado y puedo decirlo con tranquilidad- el exceso de una cultura restrictiva existente en los años que corren de la tarea administrativa y de la tarea misma de los alcaldes y de todos, en general, de quienes tenemos responsabilidades públicas.

Estamos sometidos no sólo al escrutinio, sino también al escrutinio jurídico. Entonces, no está demás decirles, reiterarles o recordarles, que la pulcritud del cumplimiento de las normas jurídicas que rigen la tarea diaria es un asunto muy serio y que hay que tomarlo, a pesar de ser tedioso, muchas veces hay que tomarlo muy en serio.

Ahora bien, desde luego que esta apreciación de cumplimiento de las normas no exime el que debiéramos exigirnos a nosotros mismos como país el poder armonizar el escrutinio y el control férreo, jurídico, de cumplimiento de las normas con la expedición, con la eficiencia, con la rapidez del trabajo.

No podemos convertir el control en un obstáculo para que se lleven a cabo las tareas que le competen a cada autoridad. Esa es una tarea que todos tenemos como país, lo tienen nuestras autoridades, lo tiene el Estado y debemos, creo, abordarlo. Es poco sano caer en extremos. Desde luego, la corrupción es un extremo máximo, pero también el control excesivo  y que atenta contra el funcionamiento diario de las instituciones también es un exceso en el cual no podemos caer.

Bueno, estoy terminando mis palabras. Yo les deseo que tengan una muy buena jornada, que puedan no sólo escuchar las exposiciones, sino que también tengan la oportunidad de poder debatir entre ustedes, confrontar realidades tan distintas de grandes comunas con comunas más pequeñas de conversar todo lo que se pueda.

El alcalde de Punta Arenas y el alcalde de Puente Alto se han entretenido mucho en esta… yo soy profesor universitario y domino la escena y yo les pondría un ‘2’ en conducta a estos dos ediles para que ustedes los reten. No han cesado de conversar en todo este rato.

Muchas gracias y les deseo una muy buena jornada.